La rocambolesca vida de Billy Tipton9 minutos de lectura


Billy Tipton
, gran saxofonista y pianista de jazz escondía una gran sorpresa que sólo su muerte nos descubrió.

Para el mundo de la música Billy Tipton nació el 29 de diciembre de 1914 pero lo que pocos sabían es que fue bautizada como Dorothy Lucille Tipton, toda la historia se descubrió el mismo día de su muerte en 1989 cuando los médicos llegaron a su domicilio para atenderle.

Billy Tipton

Desde muy joven adoptó su personalidad masculina y mantuvo relaciones con diferentes mujeres, llegando a casarse con una de ellas, la bailarina erótica Kitty Oakes, con la que adoptó tres hijos. Billy se las ingenió para engañar a su mujer, que después de su muerte y al hacerse público el escándalo, confesó que en ningún momento imaginó el gran secreto del músico.

Cuando la ambulancia llegó a casa de Billy Tipton el 21 de enero de 1989, nadie podía imaginar lo que allí estaba a punto de descubrirse. El gran pianista y saxofonista de jazz de 74 años había sufrido una úlcera días antes y se había negado a ir al médico, hasta que una hemorragia le obligó a solicitar ayuda. Una vez en su domicilio, los médicos desplegaron una camilla con la intención de trasladarle al hospital de urgencia. Su hijo adoptivo William estaba junto a él cuando el enfermero le abrió la camisa del pijama para poder revisarlo y, atónito, le preguntó:

“Hijo, ¿tu padre se hizo un cambio de sexo?”.

“Me quedé con la mente en blanco. Pensé que estaba alucinando o algo por el estilo”, contó años después el hijo de Tipton. Y no es para menos, porque su padre, que desde la Gran Depresión hasta la década de los 60 había alcanzado cierta fama en el mundo del jazz había fingido durante más de 50 años que era un hombre, cuando en realidad era una mujer.

Ni su mujer ni sus tres hijos adoptivos conocían su secreto, que había conseguido ocultar desde que, con 19 años, decidió volver a su Oklahoma natal, había sido criada por su tía en Kansas City tras el divorcio de sus padres, y comenzar a travestirse para actuar en bares, en aquella época las bandas de jazz sólo aceptaban músicos varones. Dorothy decidió jugar el juego y hacerse pasar por hombre.

Durante más de cinco décadas, y hasta el día de su muerte, nadie había visto su cuerpo desnudo, ni tan siquiera las cinco mujeres con las que compartió parte de su vida. A todas menos a su primer amante, les había contado la misma historia: que años atrás había tenido un grave accidente de coche en el que, además de haberse roto varias costillas, sus genitales habían quedado deformados. Eso explicaría que no mantuviera relaciones sexuales, que nadie le tocara sin su consentimiento y que siempre fuera vendado para ocultar sus pechos.

Tipton consiguió ocultar la verdad sobre su sexo mientras se hacía un hueco en el mundo del jazz. En 1936, Tipton fue ya líder de una banda que tocaba en KFXR, dos años después se sumó a la banda Louvenie’s Western Swingbillies que tocó en KTOK y en Brown’s Tavern y en 1940 realizó una gira por el Medio Oeste con la banda de Scott Cameron.  En 1941, se traslada a Joplin (Missouri) y pierde el contacto con su familia y asume que desde ese momento será un hombre para poder crecer en su carrera musical, todo aquel que sabía que era una mujer fue apartado por tanto de su vida.

Su nacimiento como hombre le resultó toda una aventura, su primer paso vino con la vestimenta, usaba corbata, pantalones y zapatos con suela de goma ancha, para reforzar su estatura, que fue lo primero que hizo imperceptible su femineidad. Con el tiempo se fue perfeccionando, mejoró su postura, la manera de caminar, la voz y masculinizó sus gestos, así año a año iba depurando su estilo y daba la impresión de ser un verdadero varón y nadie dudaba de su hombría.

Acabó usando un saco, una corbata y un pantalón bien apretado, con una postura absolutamente erecta, Billy daba la impresión de ser un hombre, a pesar de su baja estatura.

Tipton también rellenaba sus pantalones con un bulto, medio cargado hacia la izquierda. Al principio le bastaba con una especie de algodón pero más tarde, cuando empezó a salir con mujeres adoptó un equipo más complicado. Las mujeres que pensaban que Billy tenía pene siempre mencionaron la existencia, entre sus ropas, de una especie de suspensor especial.

En 1941 se incorporó a la banda de George Meyer, realizando en 1949 su gira más relevante con esa banda.

Tipton comenzó entonces a tocar el piano sólo en el Elks Club en Longview (Washington), poco después crea el Trio de Billy Tipton con Dick O’Neil en la batería y Kenny Richards (y más tarde Ron Kilde) en el bajo. El trío logró mucha popularidad en Washington.

Trío de Billy Tipton

Durante una actuación en el King’s Supper Club en Santa Barbara (California) , un cazatalentos de Tops Records le escuchó tocar y le hizo un contrato por el que grabaron dos álbumes: Sweet Georgia Brown y Billy Tipton Plays Hi-Fi on Piano, ambos publicados en 1957. A pesar de contar con temas tan conocidos como «Can’t Help Lovin’ Dat Man», «Willow Weep for Me», «What’ll I Do», and «Don’t Blame Me», vendió la discreta suma de 17,678 copias, no obstante una cifra respetable para una pequeña marca independiente.

Le ofrecieron hacer cuatro discos más pero él temía que la celebridad descubriera su secreto y prefirió seguir su carrera localmente en Washington.

Billy compartió escenario con formaciones y músicos tan importantes como Bernie Cummins, George Mayer, Jack Teagarden, Billy Eckstine, The Ink Spots o los Delta Rhythm Boys.

A finales de los 60, la carrera de Tipton cayó en picado. El rock estaba sepultando a las orquestas de jazz y el músico no era una figura como Ellington, Coltrane o Parker, capaz de soportar aquella embestida comercial. Entonces se retiró a Spokane, en el estado de Washington, donde trabajó hasta su muerte como representante de artistas a comisión.

La artritis le obligó a retirarse definitivamente de los escenarios en 1970. En la década de los 80 se había quedado sin blanca, enfermo y solo. Pasó los últimos años de su vida alejado de sus hijos y viviendo en una casa rodante a las afueras de Spokane, donde murió en 1989.

Sólo la autopsia determinó que el cuerpo de Billy Tipton correspondía al de una mujer biológicamente normal. Una revelación que dio la vuelta al mundo.

Alguien del hospital llamó a un periódico local para ofrecer la primicia y, aunque su última mujer, una bailarina llamada Kitty Oakes, quiso impedir el escándalo mandando incinerar el cadáver y visitando al jefe de la redacción, nada pudo hacer. Ella misma terminó contando en la televisión que había vivido en la ignorancia el secreto de su marido, con el que no mantenía relaciones sexuales “dado su pésimo estado de salud”.

 

Su primera relación pública fue con Non Earl, una mujer que le llevaba 15 años, era la dueña de un restaurante, tenía un Ford –T y usaba pantalones, lo interesante del caso es que Non la conoció como mujer y vivió todo el proceso de la metamorfosis del músico. Esta fue su primera pareja y al año de conocerse se presentaban en público como marido y mujer.

Luego Billy se enamoró de June, una cantante diez años menor que él con quien tuvo una relación de tres años, y estando con ella conoció a Betty Cox con quien convivió en la casa de los padres de la chica, a quienes les hicieron creer que se habían casado. Ella contó en un momento que él le dijo que había tenido un accidente y por esa razón no se dejaba ver cuando tenían relaciones en la intimidad. Lo más llamativo del caso es que ella lo recuerda como el mejor amante que tuvo en su vida.

Luego se involucró con Maryann, una prostituta, y esta mujer a pesar de su experiencia tampoco descubrió su verdadera sexualidad. Según ella sus relaciones eran tan normales como las de cualquier pareja, excepto que él no se dejaba tocar, prefería la oscuridad y estar vestido en la privacidad. Aun así su relación duró siete años.

Su última pareja fue una bailarina y stripper, Kitty Oakes pero nunca tuvieron contacto físico porque Billy ya se encontraba enfermo. Adoptaron tres chicos, los que siempre lo describieron como un excelente padre.

Si prestamos atención todas las mujeres con las que se involucró tenían bastante experiencia pero él de un modo u otro las encantaba como un ilusionista y no detectaban que no era un hombre el que compartía la cama con ellas. Aunque todo parezca increíble, por lo menos dos de sus parejas hicieron el amor con él sin sospechar que era una mujer y otra siempre lo supo.

Sin duda la vida de Billy Tipton bien podía ser el eje central de una película.